Cinco minutos antes del crepúsculo de los dioses. Fotografía de Carles Francesc. |
"En el Partido Popular, la fiesta no se acaba nunca"
[Ricardo Costa, quemados del expolio]
"Es incompatible estar en política y ser honrado"
Esta instantánea representa fielmente el espíritu de un instante: el triunfo momentáneo en 2010-2011, en la cresta de la ola antes de la caída. El canto del cisne de una época que hoy se derrumba. Lo mejor de cada casa: impunidad, nepotismo, soberbia, oscurantismo, saqueo, cinismo, intolerancia, despotismo, podredumbre y esperpento todo a un tiempo. Un icono pop de la tragicomedia de la Cultura de la Transición, y los cuentos de la estabilidad, la confianza, el interés general, la unidad de España va bien, la corrupción no es estructural y todo es ETA salvo alguna cosa.
El fin de la fiesta tiene ese lado tenebroso: apurar hasta el último sorbo, darlo todo, morir matando. Porque, ¿qué es robar al lado de unos perversos titiriteros? Además, siempre hay margen para el escapismo, si se tiene a mano una puerta estelar. O 10.000 aforamientos. Y de lo dicho y hecho, aquí paz y después gloria:
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