Con el país en estado de sitio, sirvámonos y disfrutemos de estas contra-citas al discurso oficial de la manipulación y el pensamiento único, a cada prima que sube -nueva disciplina olímpica- más derrumbado:
De nuevo, señalamos y denunciamos a los sicarios de la dictadura financiera, a toda esa casta política y económica al servicio de los intereses del 1% y de un capitalismo caníbal que destruye la vida y el planeta, como los principales culpables y cómplices del expolio, la especulación y el saqueo del patrimonio común, sólo para salvar la ficción de sus balances y anotaciones contables en ordenadores. Denunciamos al Fondo Monetario Internacional, a la Unión Europea y al Banco Central Europeo por convertir un problema de deuda privada en un negocio de deuda pública para socializar las pérdidas del casino financiero. Denunciamos a gestores y reguladores (Banco de España) de la “herencia compartida” por no impedir –sino todo lo contrario- el desvarío del “ladrillazo” y transformar la democracia en una farsa parlamentaria y un régimen corrupto, abriendo camino a los que apuestan por la deslegitimación de la soberanía popular, como los neonazis griegos.P.D., para navegantes locales: Los famosos “hombres de negro”, ya están en La Rioja. El Ministerio de Hacienda ha reconocido que los técnicos del Ministerio ya han comenzado las reuniones con las ocho comunidades a las que se va a vigilar de cerca para evitar que superen el déficit marcado como tope para este año y que La Rioja ya ha superado ampliamente en el primer trimestre. Lo curioso es que la Consejera de Hacienda del Gobierno de La Rioja vuelve a negar las informaciones y asegura que todo se debe a un error del Ministerio, que no hay que tomar como referencia los datos del primer trimestre y que lo que vale de verdad es el resultado a final de año. Claro que el hecho de que la Consejera de Hacienda desmienta las informaciones del Ministerio no es ninguna novedad. No es la primera vez que pillamos en una mentira a la Sra. Arruga y al Gobierno de Pedro Sanz que también dijeron hace solo unos meses que era mentira la cifra del 1’97 % de déficit que facilitó el Ministerio. La Sra. Arruga y el propio Pedro Sanz, aseguraron hasta la saciedad que el déficit riojano era solo del 1 % y finalmente se demostró que quien mentía era el Gobierno de La Rioja, por lo que, en estos momentos, la palabra de Pedro Sanz y de su Consejera de Hacienda, tiene la misma credibilidad que la de Pinocho. [De par de mañana: La verdad intervenida]
[Asamblea Logroño - 15M, ante la movilización del 19J]
En la última semana estamos viviendo una situación inédita, novedosa e imprevisible: desde hace días, trabajadores y trabajadoras del sector público cortan calles y exceden las consignas de un sindicalismo superado por formas de organización de nuevo tipo. Las concentraciones se convierten en cortes de calles, los cortes de calle en manifestaciones que bloquean el centro de la ciudad y se extienden durante horas. Sin más banderas que carteles improvisados y/o uniformes de trabajo, con una mezcla de rabia, legitimidad y potencia han logrado abrir un nueva ola de expresión de malestar y rabia con “formas 15M” pero también “más allá de las estructuras formales del 15M”. Además, este proceso está ayudando a desactivar la idea del “funcionario conformista”, que en tanto que trabajador privilegiado lucha por mantener sus condiciones y no defiende lo que es de todos, los servicios públicos.
[Madrilonia: Teoría y práctica de un contagio. O de cómo los funcionarios y el 15M empiezan a mezclarse]
Si hay deuda es porque hay prestamistas. Si hay prestamistas es porque se ha distorsionado el modelo economico-social solidario hasta tal punto que ha permitido que unos pocos tengan una acumulación de capital sistémico sin "fe ni ley" capaz de someter a países y continentes enteros con la complicidad de gobernantes a la vez incapaces y corruptibles.
La exigencia de esa deuda agravada por el interés compuesto y la externalización de las instituciones y políticas monetarias y fiscales llevan a los políticos a una situación de todo o nada. O comulgas o rompes con el sistema llevándote las iras y sanciones del monetarismo global imperante.
En este punto se diluye la democracia y la heterodoxia. Los políticos "se ven obligados" a imponer dolor a la plebe para cuadrar cuentas. La gente, la ciudadanía, los derechos se vuelven simplemente variables prescindibles de esa gran ecuación del capitalismo financiero global.
Ha llegado el momento de elegir entre dos dolores. El de seguir pagando una deuda impagable y esclavizante, o salir del sistema, cambiar ciertos hábitos en una transición suave hacia un modelo relocalizador, proteccionista, sostenible y mutualistas-cooperativista. Mucho me temo que los recursos del planeta no dejaran margenes para términos medios.
[La matriz y sus códigos: Dolor]Ese pack de recortes supone también la negación del artículo número 1 de la Constitución. Aquel que va y dice que el Estado es “social y democrático de Derecho”.
“Y”, no “o”, de manera que si el Estado deja de ser social, deja de ser también democrático y de Derecho. Supone la omisión del artículo 9.2, uno de los pocos goles en esta Constitución tan poco sexy, un artículo copiado directamente de la Carta de Bonn y de la Constitución italiana de 1945, y que significa la imbricación del Bienestar en el Estado.
Desde 2008 estamos rescatando a la banca, a través de dinero que se extrae del bienestar, y de rescates que pagará el bienestar. Las medidas gubernamentales parecen no estar orientadas a solucionar ninguna crisis, sino a realizar, a través de ella, un gran cambio estructural. Los recortes y todas las contrarreformas del Estado, realizadas en contra de la Constitución con la que se nos ha dado la brasa durante cuatro décadas tienen nombre.
La sociedad debería empezar a meditar si el fin del bienestar que vivimos es –y éste es un posible nombre que redefine la palabra “recortes”–, un golpe de Estado. Un cambio violento del marco legal vigente. Un delito. Y, como tal, que convierte a las personas y los gobiernos que lo están realizando en susceptibles de ser juzgadas.
[Guillem Martínez: El 12 de julio como golpe de estado]
Los recortes anunciados por Rajoy agravarán la recesión hasta 2013”: así titulaba El País el paquete de medidas con el que se inicia el protectorado económico imperial de la UE y los mercados. El titular podría haber sido otro no menos consistente y coreado: “¡No es una crisis! ¡Es una estafa!”. A fin de cuentas, estamos asistiendo a la peor operación de extorsión que hayamos conocido. (...) La deuda es el mecanismo que hace posible el robo legalizado: la deuda privada que de forma ilegítima se convierte en deuda pública; la deuda que, como un deus ex machina, nos condena a la pobreza. La deuda consume hoy el porvenir y, a la par, reduce las existencias a su dimensión meramente vegetativa. Dejar de pagar resulta un imperativo en defensa de la vida digna. Frente a un mando que se nos presenta como un automatismo financiero, urge hoy avanzar por la vía de la desobediencia, en el empoderamiento autónomo, hacia el régimen político del común.
[Raimundo Viejo Viñas, en la Tribuna de Diagonal: La segunda transición era esto]
Una vez más: Digamos alto y claro: esta crisis no acabará nunca. Porque esta crisis no tiene una salida estándar, de cambiar algunas cosas para que todo siga igual. No, esa posibilidad ya no está disponible; los recursos del planeta han dicho basta y están en declinación o a punto de comenzarla. ¿Es esto el fin de la raza humana? No, pardiez, no lo es. Es el fin de una manera estúpida de gestionar los recursos, propia del niño mimado que coge el pack de yogures de frutas y prueba una cucharada del de fresa y otra del de melocotón, sin acabarse ninguno, sin entender cuántos recursos se han gastado para que se dé semejante opulencia mientras otros niños de su misma edad se mueren de hambre. Ya no podemos seguir haciendo esto, porque simplemente ya es físicamente imposible. Es el momento de gestionar cuidadosamente los recursos, de manera integral: tenemos mucha tecnología y ciencia en nuestra mano, y un cantidad de recursos restante que aunque en disminución es grandiosa, ingente. Lo único que no podemos mantener es una sociedad basada en el derroche, en la que precisamente el despilfarro es el motor de la economía. Si entendemos esto, si reaccionamos coherentemente a los hechos objetivos, el futuro de la Humanidad aún puede ser brillante. Pero si nos dejamos guiar por los absurdos principios de los adalides del libre mercado el resultado será la forma extrema y acabada de la autoregulación, un lugar a donde en realidad no queremos ir.
[The Oil Crash: Resignación]