papeles de subinformación

domingo, 22 de enero de 2017

colapso vs indiferencia



[...] "El capitalismo socava cada día sus propias bases. Decir esto no es hacer una 'profecía' relativa al futuro derrumbe del capitalismo, sino resumir lo que ya se produce todos los días. El hecho de que ciertos actores económicos obtengan todavía grandes ganacias no debe confundirse -como muy a menudo ocurre- con el estado de salud de la sociedad capitalista en cuanto a sistema global de reproducción social. El hundimiento gradual de la civilización capitalista (si se quiere emplear este oxímoron) es patente. Pero no es en modo alguno el resultado de la intervención consciente de hombres deseosos de reemplazarla por algo mejor. Su fin llega por sí mismo, como consecuencia de su lógica básica, que es dinámica y autodestructiva, algo que la distingue de las sociedades precedentes. El capitalismo hace más contra sí mismo de lo que todos sus adversarios juntos hayan podido hacer jamás. Pero esto sólo es una buena noticia a medias. Este hundimiento no guarda ninguna relación de necesidad con el surgimiento de una sociedad mejor organizada: para empezar, porque es consecuencia de la acción de fuerzas ciegas que, en cuanto tales, son de suyo destructivas. Y a continuación, porque el capitalismo ha tenido tiempo suficiente para aplastar las otras formas de vida social, de producción y de reproducción, que habrían podido constituir un punto de partida para la sociedad post-capitalista. Cuando sobrevenga su fin, no quedará más que una tierra quemada en la que los supervivientes se disputarán los restos de 'civilización' capitalista. Ésta es ya la realidad cotidiana en una gran parte del 'Sur del mundo'; y empieza a serlo en una parte creciente de los países 'desarrollados', incluso en los extrarradios de las metrópolis. Abandonado a su propio dinamismo, el capitalismo no conduce al socialismo, sino a las ruinas. Si fuese capaz de tener intenciones, se le podría suponer la de ser la última palabra de la humanidad."

viernes, 20 de enero de 2017

lo peor de lo peor


Héroes del (des)encanto de la nada.

Miles de refugiados abandonados a su suerte bajo la nieve y un frío glacial. Vergüenza Ajena. Tan ajena, que ni está apenas en la agenda y las portadas de los grandes medios, ni se la espera en nuestras conciencias mediopensionistas. Un agujero negro tal como la catadura moral de ese comehostias que nunca viajó en un Yak 42 ni dormirá al raso arropado por una ola polar, como la inauguración del show de Trump y el tiempo de la posverdad y la nada ética, como esas ayudas a fondo pérdido pagadas a escote y sin control para cubrir los chanchullos de la banca, como el más que preocupante -y ya habitual- asedio y derribo de la libertad de expresión por el papel de la Fiscalía y la continua injerencia política que apestan a Antiguo Régimen, como la inmadurez, el ensimismamiento y otras viejas actitudes que se destilan de las Ego Wars en los que dicen ser herederos del 15M, como el intolerable crecimiento de la desigualdad social donde los tres españoles que más tienen acumulan tanto como el 30% más pobre, como, en definitiva, la loca carrera hacia ninguna parte que configura la actual era del Antropoceno bajo los cuidados paliativos de nuestras adictivas pantallas narcotizantes.

La posguerra gélida del nuevo (des)orden mundial.

Si se quiere echar una mano a las personas que estan en Grecia sobreviendo en los campos, se puede colaborar con estas ONGs que trabajan allí, al pie del cañon:

domingo, 1 de enero de 2017