"En una situación de necesidad los desempleados tienen que aceptar como normal trabajar en condiciones de explotación y la precariedad laboral"
[Leire Corrales, concejala del Paro del Ayuntamiento de Sestao]
[Leire Corrales, concejala del Paro del Ayuntamiento de Sestao]
En su escapada, el régimen se asemeja ya a un vulgar montaje de trileros, a una timba de recalcitrantes del póquer con la baraja revenida y las cartas marcadas. Los escándalos empresariales y financieros se suceden uno tras otro, revelándose Pescanova en el paradigma del truco -venta previa de acciones- justo antes del hundimiento. La corrupción institucionalizada, desbocada y sin consecuencias legales -pocos medios, prescripciones benévolas o indultos favorecen que muy pocos casos investigados tengan consecuencias para sus responsables. La mentira, convertida en una auténtica ley de bases en el discurso oficial: ayer la deriva represiva, hoy es el déficit, mañana el silencio absoluto.
Los únicos brotes verdes, el aumento imparable de milmillonarios. La realidad, un paro en más de un cuarto de la población activa española que ya se antoja estructural, una brecha social y salarial que no deja de dispararse o una hipocresía infinita en la doble vara de medir entre la libertad de expresión de un ministro rancio y homófobo y de un dimitido fiscal superior de Cataluña que habló de consultar al pueblo. Así, la impunidad caníbal y suicida vive sus días de vino y rosas. La de todos los que quieren seguir rapiñando por encima de nuestras posibilidades. La del genocidio financiero. La de siempre.
Por eso, no lo llame #MarcaEspaña, diga #MafiaEspaña. Y empiece a desobedecer.
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