Poco a poco, se consuma el suicido sistémico de Europa y España vaga como puede dentro del panorama de economía zombi en la que se encuentra hoy el capitalismo crepuscular, subvencionado y financiarizado. Tras #lodeayer (el rescate), tras #lodesiempre (la estafa) y, especialmente, tras los comicios griegos, no ha sucedido "lo esperado". El triunfo pírrico de los partidos cómplices del estrangulamiento financiero -sustentando en el regalo electoral de 50 escaños a la fuerza más votada- y de la política del miedo -tras las amenazas antidemocráticas de los burócratas europeos, que ya borraron en su día la posibilidad del referéndum- no ha despejado la situación. A pesar de escuchar declaraciones advenedizas de nuestro impotetente -e incompetente- PPSOE valorando los resultados como "positivos" para frenar los ataques especulativos o calificando de "situaciones puntuales" -en boca de la ministra que todo lo soluciona con la Virgen del Rocío- lo que ya viene durando semanas, sobre la escalada en el índice de riesgo país.
Los mercados encuentran una estupenda vía de ganancia rápida en la deuda, tras la debilidad manifiesta por la petición de ayuda. Lo que dura un café fue el tiempo en que se relajó la tensión, para volver a desbocarse durante toda la jornada del lunes: la prima de riesgo rozó los 590 puntos y el bono a 10 años se disparó más allá del 7,2%. Hoy ha bajado un poco el pistón -sigue en niveles preocupantes, 550 y 7%-, pero el Tesoro ha colocado deuda, pagando intereses de más del 5% en letras a 12 y 18 meses frente al 3% de anteriores ocasiones. A cada subida, nueva excusa, aunque existen algunas explicaciones del comercio de la usura. En definitiva, detrás del escenario, lo que ya sabemos: los despachos apestan y todo el juego consiste en salvar como sea la ficción del chiringuito financiero de los que tienen muchos números en su cuenta. Aquí debajo, Catastroika, verdades como puños sobre el expolio de lo público, sus consecuencias en Grecia y las jerarquías responsables:
Mientras tanto, sigue la operación de acoso y derribo de los servicios públicos, a través de encuestas cocinadas -presunta voracidad de la administración- donde lo que se oculta es que realmente de lo que se trata es de enjuagar las pérdidas del sector privado, especialmente el bancario. ¿Cómo es posible entonces que haya que solicitar un rescate a la banca española cuando el Banco Central Europeo ya dio barra libre a todo el sistema financiero europeo en un par de ocasiones, abriendo el grifo a chorro en más de un billón de euros? ¿Por qué se les prestaba al 1% de interés y ahora se va a hacer vía FROB a más de un 3%? ¿A quién sirven estos presuntos reguladores? Resultado: un negocio redondo, comprar y especular con la deuda, que ya si eso luego el estado nos tapa los agujeros -para eso lo pusimos negro sobre blanco en la Constitución- y del crédito a las personas no me acuerdo, y si hay derrumbe, ya me he asegurado de rentabilizar la pasta a través de los seguros CDS: "es decir, los inversores, léase mercados, prestan dinero caro –la deuda española cotiza un 5% frente al 1% de la media de la deuda alemana– y apuestan en el mercado de derivados por la posible quiebra del Estado español." Ahora más que nunca se hace patente una auténtica auditoría ciudadana e independiente de la deuda: del no debemos al no pagamos.
La Comisión Europea y la capataz de todo esto -léase Merkel- lo tienen claro... o no: repite una y otra vez que no hay alternativas al rescate griego -la renegociación es una farsa- al mismo tiempo que asumen la imposibilidad del rescate soberano a España -callejón sin salida-, sin que eso signifique que puedan darse ayudas directas a la banca sin pasar por el aval del Estado, por mucho que lo pida Don Tancredo. En la reunión del G-20 -esa quedada de paladines para hablar de la familia y sus asuntos- volvió la charlatanería de los ajustes, la austeridad para los demás y las medidas que "a nadie le gustaría tomar". Pero, no hay que preocuparse, porque la desvergüenza local sigue batiendo plusmarcas en inmoralidad y sinsentido común. En eso somos unos campeones. El encantado de haberse conocido Dívar afirma sin sonrojarse que "socavar el poder judicial hace inexistente el estado de derecho". ¿Lo dirá por él mismo? A La Botella se le ocurre que no es necesario recoger la basura todos los días en Madrid. ¿Lo hará ella misma con todo su séquito de escoltas y cochazos? Y si la estafa de las preferentes ya se ha convertido en un corralito para jubilados -entretanto el Banco de España miraba para otro lado-, ya tenemos a los gladiadores de la Europanycirco que no tributan sus primas en la (supuesta) Hacienda somos todos:
Y hablando de balones, de vergüenza ajena es que la selección española de fútbol pueda tributar fuera de España sus primas de 300.000 euros por jugador si ganan la Eurocopa. Ya lo hicieron en la Eurocopa de Austria, por cierto. Las tributaron allí porque les salía mucho más barato. En Sudáfrica no pudieron hacerlo porque se enteró todo el mundo y la vergüenza ajena fue más grande que la propia. Ahora Polonia ha aprobado una amnistía fiscal para que no tengan que pagar ni un euro. Aún no se sabe qué harán. Pero ya sabemos que el fútbol en este país no es muy de pagar impuestos y sí de meternos un gol de 700 millones de euros que nos deben a todos. Ése es el gol que deberíamos cantar más alto. A ver si se dan por aludidos. Pan y circo: pan para ellos, circo para el resto. (extracto de Spanish shame, en Carne Cruda)Por suerte, áun nos queda la dignísima selección de los mineros, de cuyas movilizaciones hay que enterarse, como en otras ocasiones, (casi) por la prensa extranjera. La clave está, como siempre, en obtener y difundir la información precisa que los poderes políticos y económicos -a través de sus agentes en los medios de (in)comunicación- insisten en ocultar reiteradamente.
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