papeles de subinformación

viernes, 20 de abril de 2012

¿arrimar el hombro?

y si nos quitan lo bailao?

Nos piden nuevos esfuerzos, sacrificio y generosidad. Clarinete. Pues, en la medida de mis posibilidades, conmigo que no cuenten. Yo no pienso arrimar el hombro.

Conmigo que no cuenten, porque nunca he vivido por encima de mis posibilidades, como intentan culpabilizar ahora cínicamente al conjunto de la población. Conmigo que no cuenten, porque en los tiempos de (supuesta) bonanza financiera -España va bien, edad de oro del ladrillazo y la economía de casino- no repartieron beneficios sociales, ni mejoraron las condiciones de vida de muchísimas personas -especialmente los jóvenes y los migrantes-, al contrario. Conmigo que no cuenten, porque impidieron conscientemente el acceso a un trabajo y una vivienda dignas -sin compensación por la vía de un alquiler oneroso-, imposibilitando la estabilidad y la independencia integral de toda una generación. Conmigo que no cuenten, porque habitualmente mi salario apenas ha alcanzado los 1.000 euros -excepcional en el momento actual, fúnebre unos años atrás-, y gracias. Conmigo que no cuenten, porque en toda mi vida laboral sólo una vez -ni siquiera cuando era indefinido- he conocido las pagas extras fuera del prorrateo habitual para inflar la nómina. Conmigo que no cuenten, porque no he dejado de acumular contratos eventuales, interinos o de obra y servicio, además de regalar horas extra y flexibilizar en demasiadas ocasiones las condiciones laborales pactadas en un contrato. Conmigo que no cuenten, porque en vez de repartir el empleo, a los pocos que lo conserven se les exige trabajar más por menos, prácticamente hasta su muerte. Conmigo que no cuenten, porque mientras desahucian a la gente de sus casas, abundan las casas sin gente. Conmigo que no cuenten, porque sólo ponen el grito en el cielo para defender a una transnacional, mientras encarecen el transporte público y modifican los derechos de acceso a una renta mínima, hurtando hasta el último céntimo a las personas sin recursos. Conmigo que no cuenten, porque mientras ellos se apañaban a todo trapo su existencia y la de sus socios e iniciaban el expolio del patrimonio común, el resto tratábamos de sobrevivir. Conmigo que no cuenten, porque no son serios, ni me representan: no llevan un programa electoral, ni cumplen el contrato social, sino que lo destrozan. Conmigo que no cuenten, porque no hay una sola contrapartida aprobada -respecto a los responsables del desastre y a través de medidas de contrapeso sobre los privilegiados- a los ajustes a golpe de motosierra y con alevosía que están siendo ejecutados contra la mayoría social (sacrificada), sobre unos servicios públicos costeados por un esfuerzo histórico y común. Conmigo que no cuenten, porque con sus constantes mentiras sobre mentiras convierten (sólo) en verdad la sentencia en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Conmigo que no cuenten, porque venden, censuran y criminalizan toda alternativa a su agónico modelo. Conmigo que no cuenten, porque este sistema premia al chorizo, al trepa y al mediocre. Conmigo que no cuenten, porque la justicia no es igual para todos. Conmigo que no cuenten, porque antes y ahora la honradez, el buen hacer y la dignidad son una excepción, y la corrupción, el despilfarro -por y para ustedes- y la quiebra moral, la norma. Conmigo que no cuenten, porque, en definitiva, ustedes son parte del problema.

Conmigo que no cuenten, porque el único faro que les guía se llama especulación. Y en estas circunstancias, desde luego, no pienso arrimar el hombro. Para empezar a hablar, terminen ya con la cacería a todos los niveles y comiencen por disculparse. ¿O es que nos toman por estúpidos por intentar desviar la atención con sus batallitas petroleras, cuando no supieron (quisieron) prever a tiempo las consecuencias de su inviable y calamitoso modelo? ¿Quién tiene que hacer más esfuerzos, el 60% de los asalariados que ya no alcanzan los 1.000 euros al mes y el 75% de los autónomos que ingresan menos de 1.100, o ustedes y los jefes de ese 1% al que sirven, que no declaran su renta en nuestro país y lo evaden a paraísos fiscales? ¿Quieren que arrimemos el hombro al tiempo que nos amenazan con más represión si levantamos la voz o nos cierran el grifo de la (mediana) información veraz? ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar para consumar el golpe de estado financiero?


Yo no voy a arrimar el hombro para mantener sus sucios e insolidarios chanchullos mercantilistas.

Como dicen por ahí, disculpen las molestias, estamos trabajando para acabar con el capitalismo (subvencionado).

No hay comentarios: