Un partido de gobierno no asalta supermercados, un partido de gobierno cumple las leyes, un partido de gobierno tiene que dar ejemplo a los ciudadanos [cara A, Alfonso Alonso]La guinda del pastel la pone el casposo testimonio del inefable ministro de la (des)gobernación -el ordenanza en la detención de los "asaltantes"- que retrata a la perfección el interminable cinismo y el discurso hueco de los plutócratas:
Que la ley se cumpla y se cumpla en todos los órdenes, también indudablemente por quien debe perseguir el delito desde el ámbito policial y judicial [cara B, Soraya Rodríguez]
No aspiramos a que haya paz en los cementerios, es evidente que tiene que haber una razonable conflictividad en unos momentos como estos. Lo que pasa es que el conflicto hay que encauzarlo de forma adecuada y de forma razonable para su solución. Y en un estado democrático y en una sociedad democrática, en un estado de derecho, ese cauce es la ley.Pero la verdad es bien otra, porque un (supuesto) partido de gobierno no asalta los servicios públicos, no asalta los derechos de las personas, ni tampoco la radiotelevisión pública para manipular y borrar cualquier atisbo de independencia informativa. Sí, un partido de gobierno tiene que dar ejemplo a los ciudadanos, cumpliendo la ley -en todos sus órdenes- para garantizarles dignidad y bienestar. Y sí, desde luego, debe perseguir el delito: corrupción y redes clientelares mafiosas, pleitesía a la dictadura financiera, represión policial y política, transferencia de soberanía sin consulta popular, miseria, precarización y exclusión social generales... ¿seguimos? Ese cauce es la ley, pero ¿qué ley, la de los mercados? ¿Qué democracia, la que impone la farsa parlamentaria? ¿Y quiénes son los verdaderos ladrones? Porque, como se ha coreado en la calle, por qué mandan los bancos, si no los he votado y antes era Franco, ahora son los bancos. O porque, como alertaba la pintada de un parque de bomberos madrileño en el post anterior, si no hay justicia para el pueblo, no habrá paz para el gobierno.
Así que, respecto al conflicto -más allá de lo que pueda dar de sí la "cumbre social" de los sindicatos orgánicos, otra puerta puede abrirse con la iniciativa Ocupa el Congreso, de la Plataforma ¡En Pie!, prevista para el próximo 25 de septiembre-, escuchen bien:
somos la inmensa mayoría, somos el pueblo, tenemos razón, y no vamos a dejaros pasar.
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