papeles de subinformación

sábado, 27 de febrero de 2016

el paripé



paripé
Del caló paruipén 'cambio, trueque'.
1. m. coloq. Fingimiento, simulación o acto hipócrita.
hacer el paripé
1. loc. verb. coloq. Presumir, darse tono. [DLE-RAE]

El PSOE -o lo que quede del partido fundado por unos obreros marxistas de una imprenta madrileña hace 137 años- tenía la última oportunidad para coser los harapos de su (ex) ideología socialdemócrata, hecha jirones desde los años 80 por su descarada y súbita conversión neoliberal y echada definitivamente a los leones de la troika en mayo de 2010, con las primeras consecuencias brutales -recorte de derechos históricos- sobre la mayoría social. Pero, de nuevo, lo ha vuelto a hacer. La enésima traición a su declinante electorado "socialista" se ha materializado en un paripé de negociación con los grupos a su izquierda mientras cerraba en secreto un acuerdo con el ultracentrista Ciudadanos.

El partido socioliberal dirigido por un tal Sánchez  ha desistido en el pacto a la naranja de algunas de sus promesas de calado, como la derogación completa de la Ley Mordaza, la reforma laboral, la LOMCE o los copagos farmacéuticos, a pesar de los intentos tramposos del buen chico de la sonrisa profidén anunciando lo que no era sobre el papel. Llama la atención la racanería en la vergonzosa propuesta de subida del 1% del salario mínimo interprofesional  y sobre el problema general de la vivienda, sin que haya referencia alguna a la paralización de los desahucios. De hecho, las primeras discrepancias de interpretación sobre el texto ya se han puesto de manifiesto entre Sánchez y Rivera, el líder del advenedizo partido naranja.

Otras grandes cesiones del PSOE a Ciudadanos se encuentran en las propuestas laborales, como el mantenimiento de la precariedad -pero con palabras bonitas- a través del "contrato estable y progresivo" (sic), la incompleta recuperación de la negociación colectiva o el complemento salarial garantizado, forma encubierta de subvencionar salarios de miseria a los empresarios y solo posible si se trabaja (frente a las diferentes modalidades de renta básica, como la medida de un "ingreso mínimo vital" bastante desdibujada). O en un sistema de permisos de maternidad y paternidad ampliados pero menos igualitario. Ninguna mención al TTIP, ni prohibición expresa del fracking, ni fin de las SICAV y los blindajes de los altos directivos de las grandes corporaciones ni concreción en Dependencia, limitación de los oligopolios, impuestos a las grandes fortunas y transacciones financieras o desintoxicación urgente de la manipulación en RTVE.

Así, en lo fundamental, serán ignoradas buena parte de las inexcusables doce propuestas ecosociales que han planteado diez organizaciones: Asamblea Feminista de Madrid, ATTAC, Campaña #NoAlTTIP, Ecologistas en Acción, Marea Blanca, Marea Verde de Madrid, Plataforma La Tortura No es Cultura, No Somos Delito, Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, Plataforma Rural. Sangrante es la falta de atención a adoptar decisiones políticas concretas y urgentes que reduzcan drásticamente la desigualdad, la pobreza, la exclusión social y la privación material, como ya se ha visto en materia de vivienda social y fin a los desahucios. Y todo el mundo sabe ya cómo varios de los negociadores con peso del PSOE se levantaban de la mesa a cuatro -con Podemos, IU-UP y Compromís- para irse a la de Ciudadanos.


La supuesta trascendencia y teatralización del asunto también ha tenido su miga, despertando la guasa en las redes sociales, y para muestra un botón: Sánchez y Rivera estarán en la FNAC mañana por la tarde firmando ejemplares del pacto. Más bien, parece evidenciar sospechosos intereses muy personales detrás de la comedia. Para rematar, la indecente pregunta sin concreción para validar el acuerdo -calificada como insulto a la inteligencia por Pérez Tapias, líder del último resto socialdemócrata del partido, la corriente Izquierda Socialista, y candidato a la secretaría general del último congreso- que la ejecutiva socioliberal tenía reservada a su militancia para votar este fin de semana, cuando con toda seguridad buena parte de esta esperaba que los acuerdos se decantasen hacia la izquierda. ¿Y si dijera que no?

El plan de Sánchez (y Rivera) se revela tras pactar un acuerdo de 66 páginas en ¿dos días?, como desentraña con brillantez Rosa Mª Artal: "La secuencia de hechos nos muestra a un político que, tras cosechar los peores resultados de la historia del PSOE, aparece como valiente y hábil negociador. Los cronistas de la corte así lo reflejaban incluso hasta el día del estreno de la obra hoy en cartel. Luego, el guión y la interpretación comienzan a hacer aguas. [...] Los contenidos del acuerdo resultan ahora casi irrelevantes por muchas vueltas que les demos, son un programa electoral. De derechas, con imprecisiones. Tendente, como pauta general, a desmontar el gran fiasco perpetrado por el PP, muy moderadamente y sin molestar. "Los votantes del PP no tendrán problema en asumirlo", dice Rivera. Una frase resume lo destrozado por el PP y la necesidad de recomponerlo: revisión del Código Penal, para volver a los principios del Código Penal de la democracia. Sí, hablamos de democracia. Algo muy serio para no mirar en qué manos se deja." 

El esperpento peripatético en el que ha acabado el gatopacto -aunque lo vistan de seda y lo aromaticen de perfume caro: que todo cambie para que nada cambie- dice mucho de sus firmantes, en especial del PSOE, según Pedro Luis Angosto: "El Partido Socialista ha intentado reírse de los demás partidos de izquierda al formalizar su primer pacto con Ciudadanos y enseñar por dónde van sus verdaderas intenciones, pero además, de confirmase esa opción, habrá emprendido el camino irreversible hacia la marginalidad, tirando por tierra tanto sus 137 años de historia como sus ideas matrices y esenciales. La situación de España exige la formación de un gobierno fuerte que elimine la nefasta labor de gobierno del Partido Popular e inaugure una era de progreso y libertad. Probablemente haya que emprender ese camino no sólo sin el Partido Socialista sino contra él, puesto que el paso dado junto a Ciudadanos anuncia otro de mayor envergadura que nos traerá más de lo mismo, y este país ya no aguante ni un gramo más de más de lo mismo. Estamos extenuados, cansados y hartos de triquiñuelas de baratillo y mal gobierno, necesitamos inaplazablemente el retorno de la ética a la política y de la política a quienes más la necesitan, aquellos que sufren víctimas del latrocinio, la explotación y el desamparo".

Hay más opiniones que analizan -mostrando su oposición en algunos casos- la esencia del acuerdo, el intento de apuntalamiento del régimen:
A continuación, una selección de extractos de dos de estas firmas:
Si nada cambia, el paso hacia el que se encamina el PSOE será histórico. A estas alturas, tras el despertar social de 2011, tras las movilizaciones políticas y sociales posteriores, hay estrategias que ya no resultan creíbles a los ojos de mucha gente.
Llevamos cuatro años luchando en la calle y en los juzgados contra leyes del PP que ahora Sánchez y Rivera pretenden dejar en vigor. Pero la desesperación del establishment por mantener todo atado y bien atado es tal que parece que ya ni siquiera al PSOE le importa no poder conservar intacto su disfraz de partido socialdemócrata. [Olga Rodríguez]
Va a ser que tenían razón los anarquistas, qué bien se está sin Gobierno. Por ahí vaga Fernández Díaz lanzando bocados furioso con su ángel custodio nervioso. Rajoy hace como que da ánimos a los suyos y a las suyas: "Rita, lo entiendo, sé fuerte. Mañana te llamaré". Pero Rita, en la peluquería y la cabeza en el secador, no oyó la llamada. Ella es una indignada y Rajoy también, abandona el plasma y se lanzó a los platós. Va a donde lo llamen aunque en Pontevedra no lo reclamen. Y los ministros, ¿do van? ¿Dónde Montoro, dónde el fabricante y vendedor de bombas, dónde el locuaz Margallo ahora sin norte, dónde el ministro Catalá que legisló para recortar las instrucciones y aún así les descubren los delitos...? ¿Y Soraya? La princesa está triste, viendo que se pierde el reino. ¿Cuál es su papel, ahora que Rajoy va por las televisiones y el Gobierno no gobierna? Sí, se está bien sin Gobierno. Mejor aún con el Gobierno en la cárcel.
Rajoy y Cospedal siguen sueltos, asustados y atentos a que no los detengan, desarticuladas células en Valencia, Mallorca, Madrid… tanta detención en diferido. Simulan que todo es normal: todos los concejales menos uno de Barberá cometieron delitos pero por qué Rita va a ser culpable también. Todos los tesoreros del PP cometieron delitos pero por qué van a ser Rajoy y Cospedal culpables también. [...]
Mientras tanto, la vida sigue. Los parados no andan; los desprotegidos no pueden guarecerse; nos enredamos en tontería digital; los empresarios de este estado de ladrones, donde el Gobierno se levantó sobre la corrupción, no se acuerdan de su anterior presidente, que está preso, y se preocupan de que el nuevo gobierno sea bueno y prudente. Y los comisarios de la Unión Europea, entregado ya otro cacho de la Europa política a las insaciables fauces británicas, nos apuntan con el dedo.
Asistimos a un vodevil. Hoy parece una cosa, mañana parece otra. Visto y no visto. No hagan caso de lo que ven, es ilusionismo político. Tras las elecciones de junio hablaremos entonces del programa de gobierno,y no nos gustará. [Suso de Toro]

La capa de hielo del Océano Ártico ha detenido su crecimiento anual, a falta de menos de un mes para que acabe la estación y comience el deshielo. Nunca antes había pasado una cosa igual, al menos no desde que se tienen registros, y además la cobertura de hielo está en mínimos históricos.

El gran desencanto en ciernes dejará este vodevil en una anécdota más entre los tantos desengaños y chascos sobrevenidos, entre una cuesta abajo fascista y de destrucción económica, como un tuerto más que no puede ni quiere mirar hacia ese horizonte:
Y a pesar de la acumulación de signos, de que ya estamos comenzando el descenso energético, de que estamos entrando en una recesión global, de que la incapacidad de gestionar algo tan crítico como la estabilidad de la inversión en producción de hidrocarburos líquidos lleva a oscilaciones tremendamente destructivas, de que en algún momento de este año o el siguiente el precio se disparará y agravará la nueva ola recesiva, de que con nuestra necedad sólo estamos agravando el problema... a pesar de eso, los análisis que vemos en los medios continúan con la misma absurda cantinela que induce a pensar que nada pasa, y no faltan algunas voces aquí y allá que dicen que lo del peak oil ha quedado desmentido, justo en el preciso momento que lo hemos superado. [The Oil Crash: Pasándose de frenada]
   

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