papeles de subinformación

sábado, 27 de abril de 2013

plan de estabilidad


Saliendo de la crisis, entrando en el paraíso...

El (des)gobierno presenta un plan de estabilidad, como no podía ser de otra manera, simulado y en diferido, y que en su letra pequeña asume que esta crisis -léase colapso del canibalismo capitalista- no va a acabar nunca. Basta con que sus voceros y propagandistas insistan una y otra vez en que ya estamos saliendo de ella, pero ese empecinamiento, junto a la propia falacia del déficit y los más de seis millones de parados -y subiendo-, son la prueba de lo contrario.

Si no lo impedimos, el paraíso prometido sólo llegará con un planeta convertido en un enorme (pero estable) campo de concentración.

lunes, 22 de abril de 2013

apagón informativo


Aprendiendo a desaprender.

Mientras los sicarios de la estafa piramidal -en su caída hacia adelante- se dedican con ardor a la calumnia y la porra, los medios de (in)comunicación masiva dan lo mejor de sí mismos para alcanzar el silencio absoluto. Convenios de censura previa, propaganda del régimen y apagones informativos, como demuestra la no cobertura del acto público de presentación del imprescindible dossier Represión en La Rioja. Y la reiterada petición de las cuentas del Partido Único -ese partido de los trabajadores que ya teje amistades con el Partido Único chino- en su sede de la tierra con nombre de vino tampoco será noticia.

Un proceso paralelo al descrédito de los burócratas, sólo preocupados de alicatar su búnker, cuando es más que patente que el derrumbe del espectro financiero al que amparan se revela un día sí y otro también en la implosión de una burbuja tras otra y hasta en la posibilidad muy real del cénit tecnológico. Con los recursos tan agotados y convertidos en una burda caricatura de Goebbels, es su mundo el que se apaga.

El espectáculo no puede continuar. O será otro muy distinto y donde duele. Porque no nos representan, ni en vivo, ni en diferido:


jueves, 4 de abril de 2013

epílogo



En el quinto año de la victoria de la cleptocracia, telegráficamente, más escenas de su hundimiento: una vez más, Don Tancredo en diferido y el resto del Partido Único sin dar la cara; la imputación de su alteza irreal o cómo echar la culpa al mensajero, por Martínez El Facha; el rescate de las autopistas por el recorte de las personas...


En resumen, como todo el mundo sabe, ETA "siempre ha sido todo el mundo desde el comienzo de los tiempos". Por eso, el fascismo financiero, inasequible al desaliento, agita su bandera: para ganar todas las batallas, pero con la derrota inapelable como sustancia de su discurso y horizonte final del régimen. En este epílogo, las élites se revuelven contra su destino -el agotamiento y la expiración de sus privilegios-, pero los de abajo -supuestos conejillos de indias y último eslabón de su precaria liquidez- estamos ya muy mentalizados: