papeles de subinformación

lunes, 14 de marzo de 2011

el dinero no se transforma

Si algo está mostrando en toda su crudeza la enorme tragedia de Japón es la gran limitación del ser humano y sus convenciones frente al poder de la Naturaleza. Las consecuencias personales y materiales tras el terremoto y su posterior tsunami son terribles y todavía incalculables. Los riesgos atómicos se han disparado de una tacada. La economía nipona -previamente muy tocada tanto por su propia situación interna, ahogada por un elevado nivel de deuda, como por las deprimentes perspectivas del panorama global- sufrirá un previsible desplome, y arrastrará -ya lo está haciendo- al resto del sistema-mundo.

Este desastre -y todos sus daños colaterales-, unido a los frutos del colapso financiero, la especulación total (alimentos, materias primas y almas) y la crisis ecológica, a sus lamentables respuestas por parte de las élites burocráticas y al dogma de fe del crecimiento económico, nos pone cara a cara frente al espejo diáfano de nuestras debilidades. Las tímidas medidas aprobadas unos días atrás por el Gobierno de España, supuestamente orientadas hacia el ahorro energético, esconden la parte del león del verdadero debate. Parece claro que así no podemos seguir. Pero la reflexión debe ir más allá que reducir -provisionalmente, hasta que escampen las revueltas árabes y tengamos el suministro controlado- la velocidad  máxima en autopistas. Porque está relacionada con un cambio cultural profundo y evidente en nuestro modo de vida, basado en recursos finitos. Y la realidad está tan allá como la que nuestros políticos se niegan, una y otra vez, a afrontar.

Ahora son varias las cuestiones que asaltan mi conciencia: ¿Qué tiene que decir al respecto el lobby nuclear? ¿Por qué reducir el exceso lumínico de nuestras ciudades, el mismo que se ha fomentado los últimos quince años al alimón con el desvarío inmobiliario? ¿Qué conclusión sacar de la alegoría producida por las brutales imágenes de miles de vehículos arrastrados por el agua mientras hoy aquí algunos se han manifestado porque quieren circular a 140 kilómetros por hora? ¿Por qué lo llaman blanco cuando quieren decir negro? ¿No hay límite alguno para la avaricia de los especuladores? ¿Cuándo nos van a tratar como personas adultas? ¿Hasta dónde seremos capaces de seguir apoltronados en la ceguera?

¿Realmente estamos dispuestos a seguir creyendo que el dinero funciona como una ley natural, que se produce, se consume y se transforma como la energía?

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Para la sobremesa, dos visiones contrastadas en la polémica nuclear.

* La primera, a iniciativa de los trabajadores de Garoña.


* La segunda, de los adelantados y lúcidos Aviador Dro.


viernes, 11 de marzo de 2011

bienestar general


Si la realidad esta torcida, conviene re-torcerla hasta crear un estado del bienestar subterráneo, integral y completo.

lunes, 7 de marzo de 2011

malestar general


Ese estado generalizado de molestia, incomodidad inexplicable o falta de bienestar... Puede estar asociada con una enfermedad y suele estar acompañada de una sensación de cansancio, fatiga o de no tener energía suficiente para cumplir con las actividades habituales.

jueves, 3 de marzo de 2011

los frikis


Un alegre video musical donde se puede ver una vez más a miles de barbudos fanáticos, izquierdistas trasnochados y anarcoides resentidos en Wisconsin (EEUU)... En definitiva, una panda de frikis según el nuevo patrón acuñado por una clase política absolutamente al servicio de sus amos los especuladores... ¿Qué pasaría si esta protesta se trasladara a nuestros solemnes parlamentos?

miércoles, 2 de marzo de 2011