papeles de subinformación

lunes, 19 de abril de 2010

los últimos días de pompeya



Por el humo se sabe dónde está el fuego.....

Resultan paradójicos, e incluso bastante irónicos, los caprichos que nos tiene guardado el destino, o más bien nuestra hastiada madre naturaleza. Porque lo sucedido los últimos días parece en realidad una metáfora coincidente con la aceleración del cambio climático y el derrumbamiento del sistema financiero, todo al mismo tiempo, que muestra la vulnerabilidad global del ser humano, demasiado pagado de sí mismo.

Enlazando con la caída de la línea eléctrica de alta tensión ocurrida unas semanas atrás en Gerona, la enorme nube de cenizas provocada por el volcán islandés, y sus excepcionales consecuencias en la navegación aérea, nos pone cara a cara frente a la grave dependencia energética y tecnológica que el progreso -como concepto general y científico- nos ha venido proporcionando, sobre todo durante el último siglo.

Al mismo tiempo, su epicentro en la isla nórdica ilustra una especie de paralelo ajuste de cuentas sobre la virtualidad y carga especulativa del régimen financiero. Recordemos que la población de Islandia votó en marzo, en más de un 90%, contra la devolución de las millonarias deudas derivadas de la quiebra del banco Icesave, tras el inicio de la crisis en 2008 que puso las cartas de una estructura artificial e insostenible sobre la mesa. Un hecho, además, que ha supuesto la entrada en la escena europea del renacido y truculento FMI, cuyos pasos se pueden seguir actualmente por la vía helena.

Siguiendo con el símil cinematográfico, esto empieza a evocar una secuela de los tiempos del Bajo Imperio. Donde tras el cartón-piedra de la ficción y las gafas en 3D, sale a cada paso la erupción de la realidad.

miércoles, 14 de abril de 2010

banderas de nuestros padres


Ante la ley de Amnesia Histórica dictada en la sacrosanta Transición, cuyas consecuencias siguen siendo por desgracia muy de actualidad, y ante el ostracismo ideológico al que se ha querido arrinconar a la etapa histórica más prometedora de este país, con sus errores y aciertos -donde el individuo empezó a dejar de ser un súbdito para convertirse en un ciudadano, se intentaron las reformas que urgían desde un siglo atrás y cuyo resultado visible, contrastado y brillante fue la creación de más de 12.000 escuelas-, la memoria republicana continúa presente como un símbolo de muchos españoles.

Frente a la indolencia -más bien negligencia- de los responsables del tan cacareado estado de derecho, ochenta años después, ese recuerdo reivindica la legítima reparación moral y legal de los que defendieron las ideas de democracia real, libertad individual y justicia social, y a día de hoy permanecen tirados en las cunetas del olvido, directamente con el tratamiento jurídico de parias.

Salud y república.