papeles de subinformación

lunes, 21 de mayo de 2012

el esperpento



Los limpiabotas del capital están que se salen. ¡Show must go on! ¡La farsa debe continuar! El esperpento creado por Valle-Inclán se renueva en cada ocurrencia de los capataces del totalitarismo financiero. Dio en el clavo el pasado viernes José Sacristán utilizando este maravilloso concepto como hilo argumental en su papel de director invitado del informativo La 2 Noticias. En esta patética huida hacia delante, encontramos numerosos ejemplos que superan cualquier texto pensado por el singular escritor gallego o nuestro genial Azcona: Eurovegas o la importación a la desesperada de un modelo caduco, la burbuja del centro comercial o la vía de escape del desvarío inmobiliario, el examen de Bankia o cómo negar una comisión de investigación parlamentaria sustituyéndola por un informe ‘independiente’ –atención- de Goldman Sachs, los banqueros protagonistas en la estafa y el expolio que llaman crisis. Cínicamente, el fiscal general del Estado dice que va a depurar responsabilidades en la gestión de varias cajas de ahorro, pero obvia el premio gordo. Tanta es la mierda que se desborda, que hay que hacer como que se hace algo, pero para que no queden dudas de todo está atado y bien atado, archivamos el caso Dívar.

Para esperpento supino, como el Banco de España estaba a por uvas, la auditoría al sistema financiero patrio que ha encargado -obligado por los burócratas europeos- el (des)gobierno a dos consultoras independientes, como el chiste, una alemana y otra norteamericana, y cuyo coste no ha querido ser revelado. Sus méritos pasan, en el caso alemán, por estar detrás del proyecto de creación de una agencia europea de calificación -¡negociete a la vista!- y, en el norteamericano, por validar el mercado de hipotecas basura en EEUU y la solvencia de un banco irlandés que tuvo que ser rescatado.

A nivel local, ahí están ese pozo sin fondo -¡todavía abierto!- del aeropuerto de Agoncillo, el proyecto faraónico –¿alguien se lo cree?- de FastoCiudad en el monte del Corvo o el interminable agujero negro –otro medio millón de euros a los 7,4 millones ya gastados en sobrecotes y apaños- de la Gran Vía de Logroño. Mientras la realidad se hunde y la pobreza tiene rostro infantil, los notables de la herencia compartida siguen a lo suyo: no expliques nada, tapa mientras puedas y llévatelo crudo.

Gracias a sus inigualables interpretaciones, disfrutamos como nunca y en nuestras propias carnes del esperpento en estado puro.

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