No deja de ser paradójico y lamentable que sean chavales de 15 años los que tengan que hacer el trabajo sucio que muchos de sus mayores evitan: vencer el miedo, salir a las calles y pedir lo que es justo. No deja de ser vergonzoso que la policía, cumpliendo y regocijándose en las órdenes de nuestros cínicos "representantes" políticos, se dedique a aplastar protestas pacíficas, mientras las cloacas de los despachos se desbordan en Valencia. No deja de ser indigno que buena parte de la sociedad española siga anestesiada y embrutecida, mirando para otro lado, mientras le roban descaradamente su presente y el futuro de sus hijos y nietos..
De nuevo hoy en Valencia, aplicando "lo justo y necesario". Es decir, con la misma vara de medir con la que se propone la contrarreforma laboral.
Espeluznante galería de fotos con la actuación desproporcionada de las UIP, haciendo del sosiego, la prudencia y la suavidad virtudes para el olvido...
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