Esta frase atribuida a Galileo Galilei -según la tradición oral, pronunciada tras tener que abjurar de su visión heliocéntrica del mundo ante el Tribunal de la Inquisición que le juzgaba- está teniendo los últimos días una sustanciosa relevancia. Algo se está moviendo más allá de la frustración, la indolencia y el silencio general de la población española. Blogs, redes sociales y medios alternativos en Internet llevan meses haciendo un duro trabajo de concienciación y cuestionamiento del sentido de la crisis y sus respuestas -colapso sistémico, vía recortes, socialización de las pérdidas para seguir manteniendo los beneficios de los privilegiados-, ante el mutismo y colaboración necesaria de los medios de comunicación formales. La red, convertida casi en el único bastión de la libertad de expresión ciudadana, continua roturando el lleco y penoso camino de la desinformación y la desmovilización -gracias a pactos de conveniencia entre burócratas y élites, sin ir más lejos el mal llamado Acuerdo Social y Económico de gobierno, patronal y sindicatos de concertación para reducir las prestaciones sociales- con iniciativas particulares y ciudadanas como: estosololoarreglamossinellos (con 30.000 personas en facebook, está trabajando desde hace más de un año como contracampaña a la oficial estoloarreglamosentretodos, un puro marketing que lanzado por las cámaras de comercio y financiada por las grandes corporaciones, provocó más rechazo que adhesiones), malestar (convocatorias de protesta todos los viernes por la tarde desde hace ocho semanas en muchos pueblos y ciudades de España), democraciarealya (bajo el lema "no somos mercancía en manos de políticos y banqueros", este grupo está tratando de crear una gran movilización para el 15 de mayo) o juventudsinfuturo (la más reciente, ha pasado en el caralibro de 2.000 a 15.000 adhesiones en una semana, gracias en parte a que los medios, en especial la televisión -La 2 Noticias y 59 segundos de TVE-, han puesto el foco sobre ellos antes, durante y después de la convocatoria de manifestación del pasado jueves 7 de abril).
La mancha de la irritación y el motín parece que empieza a extenderse tras las fronteras de los habituales espacios de la minoría crítica -movimientos sociales, partidos extraparlamentarios, sindicatos minoritarios, webs de contrainformación- y va teniendo su espejo en ciertas informaciones publicadas por los media. Un ejemplo de este creciente descontento se produjo al final de la pasada semana tras el voto negativo por parte de los dos grupos mayoritarios del Parlamento Europeo, populares y socialistas, a una propuesta de austeridad promovida por Izquierda Unitaria y Los Verdes para congelar los sueldos de los eurodiputados y recortarse ciertos privilegios, como el de volar en primera clase. Por cierto, muy signficativa ha sido la respuesta posterior de los dos grandes partidos corporativos, desde que se trataba de un "error" o que era cosa de los "comunistas". Si cogemos a un diario oficialista de gran difusión y peso específico entre la ciudadanía, El País, puede hasta sorprendernos el encadenamiento de noticias que hasta hace bien poco estaban relegadas a la invisibilidad o a la parcialidad: el 3 de abril, por fin, le dedicó un buen reportaje a los acontecimientos de Islandia, unos días antes de que los islandeses volvieran a rechazar en referéndum devolver las deudas de sus bancos privados, y que tuvo además el mérito -como informa Rosa Mª Artal en su magnífica bitácora- de haber permanecido como el artículo más visto en España durante días, con 160.000 visitas; el 4 de abril, este análisis de un columnista de The Wall Street Journal nada sospechoso de revolucionario; y el 5 de abril, de repente, pone el foco sobre un movimiento de protesta, el colectivo antes citado de Juventud Sin Futuro. Podría citarse alguna referencia más, como la noticia titulada "La corrupción se presenta a las elecciones" o la presentación del libro colectivo "Reacciona", prologado por Stèphane Hessel -autor del exitoso ¡Indignaos!- y coordinado por la antes mencionada periodista Rosa Mª Artal, con firmas como José Luis Sampedro, Federico Mayor Zaragoza, Juan Torres López, Carlos Martínez, Ignacio Escolar o el ahora tan vilipendiado juez Baltasar Garzón. La edición de la obra corresponde a Aguilar, editorial perteneciente a Santillana, es decir, al emporio Prisa. Lo que siempre deja lugar a la sospecha, la misma que se ha instalado sobre los promotores de las nuevas iniciativas ciudadanas de protesta. ¿Por qué ahora se le ha dado tanto protagonismo a la acción de Juventud Sin Futuro y se ha mantenido en la constante omisión a las otras? Es cierto que los militantes de los movimientos sociales tradicionales, siempre al pie del cañón, tienen su parte de razón para mantener el recelo, porque los medios de comunicación formales perpetuamente los han obviado o minimizado. Personalmente, a mí me es indiferente, si al final de lo que se trata es de sumar voluntades -y si son inéditas, mucho mejor- para que la gente tome las calles o siga despertando de su letargo -ese mismo en el que espera que escampe lo que ya se ha convertido en un auténtico diluvio de contrarreformas y disciplina del personal. Y para informarse, aquí a la izquierda (otras webs nutritivas) hay una buena muestra de genuino periodismo.
A mí lo que me interesan son los espacios de absoluta libertad informativa, como el programa Carne Cruda de Radio 3, un auténtico oasis en el páramo audiovisual general -repleto de fúmbol, princesas del pueblo y tertulias de cafres-, un modelo de coherencia, honestidad y sentido crítico, conducido por el combativo Javier Gallego y su equipo, que desde su inicio en las ondas viene planteando interrogantes, entrevistando verdaderos personajes de interés y apoyando causas como las que se han descrito. De hecho, sólo el ente público de RTVE -a medias- está cumpliendo su función -informar- y los objetivos del periodismo, abandonados a su suerte en un proceso acelerado en los últimos años de la prensa comercial española, lo que ha generado una enorme falta de credibilidad. Pues bien, parece que ha llegado el tiempo, quizás por todo ello, donde los medios mercantilistas empiezan a hacer hueco a las otras noticias, quizás porque han empezado a verle las orejas al lobo tras la incesante caída de ventas -adaptándose al cambio-, quizás porque han descubierto una interesante línea de negocio revolucionario, quizás definitivamente por ambas cosas a la vez. De nuevo, desde mi punto de vista, me da igual que me da lo mismo, mientras sigan por esa senda abierta ahora de publicar las informaciones que realmente importan al ciudadano. Así, hasta en el medio monopolista por excelencia de nuestra región, el diario La Rioja, llevaban a la portada de su edición del viernes 8 de abril el aumento en las subvenciones electorales para la campaña autonómica y municipal, y en su página tres realizaban una crítica velada a la eurodiputada regional Esther Herranz por su silencio ante el cabreo general por haber votado en contra de las medidas de austeridad.
Tal vez hayan asomado ya los primeros rostros evidentes y universales de la resistencia al totalitarismo económico y político al que nos quieren conducir los auténticos privilegiados, con la excusa de la crisis sistémica de la que tanto rendimiento están sacando; también acaso los primeros pasos hacia una urgente transformación, de la que todavía no tenemos idea alguna de cuál puede ser su forma final. Pero sí que sabemos -o empezamos a conocer-, sin ninguna duda, lo que no queremos ser. Ya hay numerosas señales y la más reciente está siendo en estos momentos el intento de censura por parte de FB de los eventos organizados por democraciarealya. Por eso, hoy, por encima de toda realidad virtual, construida o impuesta, algo se mueve... Nos dicen que el mundo es inevitablemente cuadrado, eppur si muove.
La mancha de la irritación y el motín parece que empieza a extenderse tras las fronteras de los habituales espacios de la minoría crítica -movimientos sociales, partidos extraparlamentarios, sindicatos minoritarios, webs de contrainformación- y va teniendo su espejo en ciertas informaciones publicadas por los media. Un ejemplo de este creciente descontento se produjo al final de la pasada semana tras el voto negativo por parte de los dos grupos mayoritarios del Parlamento Europeo, populares y socialistas, a una propuesta de austeridad promovida por Izquierda Unitaria y Los Verdes para congelar los sueldos de los eurodiputados y recortarse ciertos privilegios, como el de volar en primera clase. Por cierto, muy signficativa ha sido la respuesta posterior de los dos grandes partidos corporativos, desde que se trataba de un "error" o que era cosa de los "comunistas". Si cogemos a un diario oficialista de gran difusión y peso específico entre la ciudadanía, El País, puede hasta sorprendernos el encadenamiento de noticias que hasta hace bien poco estaban relegadas a la invisibilidad o a la parcialidad: el 3 de abril, por fin, le dedicó un buen reportaje a los acontecimientos de Islandia, unos días antes de que los islandeses volvieran a rechazar en referéndum devolver las deudas de sus bancos privados, y que tuvo además el mérito -como informa Rosa Mª Artal en su magnífica bitácora- de haber permanecido como el artículo más visto en España durante días, con 160.000 visitas; el 4 de abril, este análisis de un columnista de The Wall Street Journal nada sospechoso de revolucionario; y el 5 de abril, de repente, pone el foco sobre un movimiento de protesta, el colectivo antes citado de Juventud Sin Futuro. Podría citarse alguna referencia más, como la noticia titulada "La corrupción se presenta a las elecciones" o la presentación del libro colectivo "Reacciona", prologado por Stèphane Hessel -autor del exitoso ¡Indignaos!- y coordinado por la antes mencionada periodista Rosa Mª Artal, con firmas como José Luis Sampedro, Federico Mayor Zaragoza, Juan Torres López, Carlos Martínez, Ignacio Escolar o el ahora tan vilipendiado juez Baltasar Garzón. La edición de la obra corresponde a Aguilar, editorial perteneciente a Santillana, es decir, al emporio Prisa. Lo que siempre deja lugar a la sospecha, la misma que se ha instalado sobre los promotores de las nuevas iniciativas ciudadanas de protesta. ¿Por qué ahora se le ha dado tanto protagonismo a la acción de Juventud Sin Futuro y se ha mantenido en la constante omisión a las otras? Es cierto que los militantes de los movimientos sociales tradicionales, siempre al pie del cañón, tienen su parte de razón para mantener el recelo, porque los medios de comunicación formales perpetuamente los han obviado o minimizado. Personalmente, a mí me es indiferente, si al final de lo que se trata es de sumar voluntades -y si son inéditas, mucho mejor- para que la gente tome las calles o siga despertando de su letargo -ese mismo en el que espera que escampe lo que ya se ha convertido en un auténtico diluvio de contrarreformas y disciplina del personal. Y para informarse, aquí a la izquierda (otras webs nutritivas) hay una buena muestra de genuino periodismo.
A mí lo que me interesan son los espacios de absoluta libertad informativa, como el programa Carne Cruda de Radio 3, un auténtico oasis en el páramo audiovisual general -repleto de fúmbol, princesas del pueblo y tertulias de cafres-, un modelo de coherencia, honestidad y sentido crítico, conducido por el combativo Javier Gallego y su equipo, que desde su inicio en las ondas viene planteando interrogantes, entrevistando verdaderos personajes de interés y apoyando causas como las que se han descrito. De hecho, sólo el ente público de RTVE -a medias- está cumpliendo su función -informar- y los objetivos del periodismo, abandonados a su suerte en un proceso acelerado en los últimos años de la prensa comercial española, lo que ha generado una enorme falta de credibilidad. Pues bien, parece que ha llegado el tiempo, quizás por todo ello, donde los medios mercantilistas empiezan a hacer hueco a las otras noticias, quizás porque han empezado a verle las orejas al lobo tras la incesante caída de ventas -adaptándose al cambio-, quizás porque han descubierto una interesante línea de negocio revolucionario, quizás definitivamente por ambas cosas a la vez. De nuevo, desde mi punto de vista, me da igual que me da lo mismo, mientras sigan por esa senda abierta ahora de publicar las informaciones que realmente importan al ciudadano. Así, hasta en el medio monopolista por excelencia de nuestra región, el diario La Rioja, llevaban a la portada de su edición del viernes 8 de abril el aumento en las subvenciones electorales para la campaña autonómica y municipal, y en su página tres realizaban una crítica velada a la eurodiputada regional Esther Herranz por su silencio ante el cabreo general por haber votado en contra de las medidas de austeridad.
Tal vez hayan asomado ya los primeros rostros evidentes y universales de la resistencia al totalitarismo económico y político al que nos quieren conducir los auténticos privilegiados, con la excusa de la crisis sistémica de la que tanto rendimiento están sacando; también acaso los primeros pasos hacia una urgente transformación, de la que todavía no tenemos idea alguna de cuál puede ser su forma final. Pero sí que sabemos -o empezamos a conocer-, sin ninguna duda, lo que no queremos ser. Ya hay numerosas señales y la más reciente está siendo en estos momentos el intento de censura por parte de FB de los eventos organizados por democraciarealya. Por eso, hoy, por encima de toda realidad virtual, construida o impuesta, algo se mueve... Nos dicen que el mundo es inevitablemente cuadrado, eppur si muove.
3 comentarios:
WWW.INFOCONTINENTAL.COM
Creo que si la gente se decide a leer blogs como este puede que la sociedad vaya cambiando poco a poco. Es la esperanza que tenemos todos los autores a la hora de escribir un articulo.
Por cierto, buen post!
Gracias. Aunque la solución no pasa por otro totalitarismo, venga de donde venga, ni tampoco por dividir ni enfrentar a los pobres entre sí, justo lo que más beneficia a los de siempre. Salud.
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