papeles de subinformación

martes, 7 de julio de 2009

pan y circo

Tras las apoteósicas, casi mesiánicas, presentaciones de un par de jugadores de fútbol en un club de divisa blanca y leyenda copera -de Champions- viejuna, el último en cuestión, un tipo luso bien plantado, ha dicho en su primera rueda de prensa: "estoy muy feliz por ser el jugador más caro de la historia del fútbol; es un orgullo..."

Esta misma noche, en televisión tras el informativo, a hora punta, su jeta ya ponía imagen a un banco de su país nativo con nombre del tercer hombre en la santísima trinidad católica. Da la casualidad que el fichaje tiene denominación bautismal muy adecuada para el asunto. Y, con la que está cayendo, a menudo tipo de interés si te apuntas...

Por si a alguien le queda alguna duda, estas minucias demuestran que la verdadera patria de estos nuevos gladiadores está en la farsa financiera que los gobiernos, y muchos ciudadanos, siguen empeñados en no querer ver. Bastante tienen con rascarse el bolsillo para comprarse la camiseta del fenómeno o pagarse la cuota anual de socio, pese a quien pese, con crisis o sin ella, como decíamos ayer, qué chorra más da...

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