papeles de subinformación

lunes, 29 de junio de 2015

¿grexit?: lo que no dice la mafia



El (presunto) caso de extorsión financiera sobre el pueblo griego. El portazo en la cara de la toma de decisión democrática. Las razones auténticas que los perdonavidas -y sus mayordomos- del capital ficticio ocultan. Lo que no encontrarás en el discurso único de sus medios de propaganda y adoctrinamiento habituales:

  • Que dios nos pille confesados (por Antón Losada): Nuestros peores temores se confirman. Ya habíamos establecido que uno de nuestros mayores problemas residía en que Europa se halla en manos de idiotas. Ahora acabamos de confirmar, para acabar de arreglarlo, que el Fondo Monetario Internacional está en manos de frívolos arrogantes. Esta crisis la ha causado la codicia pero también la idiotez de unas élites tan entupidas como insaciables.
    Solo existe algo peor que un idiota y es otro idiota con un arma cargada como supone hoy la salida del Euro. Una diferencia de unos cientos de millones en la recaudación del IVA y un puñado de tecnicismos sobre las pensiones y las privatizaciones nos han traído al borde de este abismo. Cristine Lagarde podrá sentirse orgullosa. Nunca nadie hizo tanto daño con tan poco y a tantos sin saber muy bien siquiera qué estaba haciendo exa:ctamente.
    [...]
  • Intervención de Varoufakis ante el Eurogrupo el 27 de junio: [...] Colegas: vivimos momentos críticos, y las decisiones que tomemos serán transcendentales. En los años venideros nos preguntarán: "¿Dónde estaba usted el 27 de junio? ¿Y qué hizo para evitar lo ocurrido?". Al menos deberíamos ser capaces de decir: "Dimos al pueblo que vivía bajo la peor depresión una oportunidad para considerar sus opciones. Ensayamos la democracia como medio para salir de un punto muerto. Y nosotros hicimos lo preciso para darle a ese pueblo unos cuantos días para poder hacerlo".
    PS.- El día en que el Presidente del Eurogrupo rompió la tradición de unanimidad y excluyó arbitrariamente a Grecia de un encuentro del Eurogrupo. Tras la intervención que acabo de transcribir, el Presidente del Eurogrupo rechazó –apoyado por el resto de miembros— nuestra petición de una extensión y anunció que el Eurogrupo emitiría una declaración cargando a Grecia con la culpa de este impasse. Sugirió que los 18 ministros (es decir los 19 ministros de finanzas de la Eurozona menos el ministro griego) reflexionaran luego sobre la manera y los medios de protegerse a sí mismos de las repercusiones. Llegados a este punto, pedí asesoramiento jurídico al secretariado sobre si el Eurogrupo podía emitir una declaración sin la convencional unanimidad y sobre si el Presidente del Eurogrupo podía convocar una reunión sin invitar al ministro de finanzas de un Estado miembro de la Eurozona. Lo que recibí fue la extraordinaria respuesta que sigue: "El Eurogrupo es un grupo informal. Así pues, no está vinculado por Tratados o regulaciones escritas. Aunque la unanimidad es convencionalmente respetada, el Presidente del Eurogrupo no está restringido por reglas explícitas". Dejo al propio comentario del lector esta extraordinaria afirmación.
    Por mi parte, terminé como sigue: Colegas: rechazar la extensión del acuerdo de préstamo unos cuantos días, y para el propósito de ofrecer al pueblo griego la oportunidad de deliberar en paz y tranquilamente sobre la propuesta de las instituciones, especialmente dada la alta probabilidad de que se aceptaran esas propuestas, dañará permanentemente la credibilidad del Eurogrupo como un cuerpo de toma democrática de decisiones compuesto por Estados socios que comparten no sólo una moneda común, sino también valores comunes.
  • Quebrar a Grecia (por Paul Krugman): [...] Si hablas con la gente del FMI te dirán que es imposible tratar con Syriza, el hartazgo que les produce su grandilocuencia, etc., etc. Pero no estamos en un instituto de enseñanza secundaria aquí. Y precisamente ahora son los acreedores, harto más que los griegos, quienes están alterando las reglas del juego. ¿Qué está pasando? ¿El objetivo es quebrar Syriza? ¿Forzar a Grecia a una bancarrota presumiblemente desastrosa para desanimar a otros?
    Llegó la hora de dejar de hablar de “Grecaccidente”; si ocurre un “Grexit”, será porque los acreedores, o al menos el FMI, lo quisieron.
  • Si ahora ocurriera un Grexit, prepárense para un Italexit el año que viene (por Mariana Mazzucato): El fracaso a la hora de lograr un acuerdo en Grecia trae su causa primera en el error de diagnóstico. Al final, el paciente empeoró y lo que ahora quiere es que dejen de tratarle.
    Como ha venido repitiendo desde el comienzo de esta crisis el ministro de finanzas Yanis Varoufakis, Grecia no tenía una crisis de liquidez, sino una crisis de solvencia. Esta última fue causada por una crisis de competitividad y empeoró con la crisis financiera. Y este tipo de crisis no pueden ser resueltas con recortes y más recortes, sino sólo con una estrategia seria de inversiones acompañada de reformas serias –no palabreras— (por ejemplo, en la forma de llevar el Estado y, por consiguiente, de manejar los impuestos) para devolver competitividad a la economía. 
    [...]
  • Deuda e impago: la inflexible doble moral de los acreedores (por Antonio Sanabria): [...] Alemania, que ahora lidera el discurso exigente hacia Atenas, sufrió una situación en cierto sentido similar tras su derrota militar en 1918, con la diferencia de que Grecia no ha bombardeado a nadie. Los aliados, como vencedores, asfixiaron entonces a Alemania con sus exigencias por reparaciones de guerra en una sucesión sin fin de renegociaciones para el pago imposible de esa deuda, y que sólo sirvió para avivar el auge del nazismo. Pero por una vez aprendieron la lección y en 1953 se celebró el Acuerdo de Londres para el pago de la deuda germana. En aquella reestructuración, aparte de reducir el monto total, se establecieron topes en los tipos de interés, se pagaba en moneda local y con un tope máximo anual en función de sus exportaciones. Ese acuerdo es precisamente el que Syriza ofrece como referente en su propuesta de una mesa europea de deuda, pero ahora tal idea es rechazada.
    Las reestructuraciones, definidas como el canje de unos instrumentos de deuda (préstamos, bonos) por otros nuevos en mejores condiciones de pago (menores intereses, mayores plazos y/o quitas), siguen siendo frecuentes: desde 1950 más de 600 casos en 95 países, 187 de ellos desde 1970. Pero sigue sin haber un mecanismo multilateral que regule el impago soberano. En su mayor parte, los acuerdos son bilaterales a través del Club de París, un organismo informal que agrupa a los principales Estados acreedores. No obstante, desde mediados de los años 90 son más importantes las negociaciones con acreedores privados, que en su mayor parte ya no son bancos, sino diferentes gestoras de activos, como sucedió en Argentina en 2005.
    La fuerza en las negociaciones para los deudores no depende tanto de un impago previo que, de hecho, es lo más frecuente, sino más bien de su grado de dependencia externa y del apoyo político interno. Para el gobierno griego la situación es harto difícil porque a su dependencia externa se le suma el riesgo de salida del euro, lo que complica el respaldo social al gobierno de Syriza. El lado acreedor, en cambio, puede reducir fácilmente esa deuda al ser las propias instituciones los prestamistas tras la reestructuración de 2012: el mayor trasvase conocido de deuda desde acreedores privados a manos públicas. El debate de fondo, como en su momento con Alemania, no es si habrá impago, sino cómo y cuándo. Y también como entonces, la deuda ahora es griega, pero el problema es europeo. Toca entonces priorizar: deuda o democracia.

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